Un beso «olvidado»

Estaba hoy echando un vistazo en algunos papeles antiguos cuando  encontré unos periódicos de español que se publicaban en la universidad donde estudié. Se llamaba «El Camino»  y era coordinado por mi querida profesora (y hoy suegra) Balbina Lorenzo F. Hoyos. En uno de ellos, encontré ese texto que te dejo. Lo escribí en 1995… Un texto que se me había olvidado pero que hoy, al leerlo, me trajo buenos recuerdos: de mis amigos, de mi época de universidad, de las clases de español, de los besos… Espero que te guste.

EL BESO

Elaine Aparecida Campideli

El Beso de A. Rodin
El Beso de A. Rodin

Si piensas que este artículo habla de la célebre escultura El beso del francés François-Auguste-René Rodin, ni empieces a leerlo, pues lo que pretendo es hablar sobre este momento sublime que este hombre supo transmitir y eternizar a través de su obra, como también lo han hecho varios autores en todas las épocas:

 “Un beso, ¿qué es un beso?

Es la confesión un poco más cerca,

cuando se aprehende el sentido cierto de la vida,

sin decir sea lo que sea:

es una flor secreteando a otra flor…”

                                                                                  (Edmond Rostand)

Pero si piensas que que voy a escribir solamente sobre este lado “romántico” del beso, te has equivocado una vez más. Si no sabes, ya han probado científicamente que el beso es uno de los mejores remedios para que uno conserve su juventud y una buena salud.

Un estudio científico publicado en Alemania asegura que un beso sencillo, o sea, el simple hecho de tocar u oprimir con um movimiento de labios en señal de cariño, amistad o reverencia, aumenta la pulsación del corazón de 70 a 150 latidos, haciendo que el corazón bombee un litro más de sangre, pues las células piden más oxígeno para trabajar. Y este aumento de oxigenación auxilia el metabolismo celular. A partir de esto, se puede decir que las personas que besan demasiado sufren menos de molestias del aparato circulatorio, del estómago y de la vesícula, y aún presentan poca propensión al insomnio y a los dolores de cabeza.

Y hay más. El beso es um momento tan bello, una demonstración de afecto tan profunda que no ayuda solamente a quien lo recibe, sino también a quien lo da: el beso pone en circulación por el cuerpo una serie de hormonas que proporcionan alegría y bienestar. Y cuando se trata de un beso “muy caliente”, Julio Cortázar, al describirlo, no estaba equivocado cuando dijo que “si nos mordimos, el dolor es dulce”, pues ya han comprobado que las hormonas hacen que disminuya la sensación del dolor. Aquellas clásicas escenas de películas en que una chica muy hermosa besaba al soldado agonizante no eran gratuitas…

Y más: el beso obliga que el organismo consuma cerca de 12 calorías, o sea, adelgaza… Y sólo el hecho de hacer el ademán propio del beso sin llegar a tocar con los labios, ya es una de las mejores formas de evitarse las arrugas y las temidas patas de gallo, pues este acto mueve 29 músculos del rostro en una verdadera e incomparable gimnasia facial.

Antes que salgas a distribuir tus sonoros y saludables besos, qué tal leer este pequeño fragmento de la obra Rayuela, de Cortázar, en que el autor describe un beso “muy caliente”:

“(…) las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes (…). Acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.”

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